Los niños del balón pequeño que sueñan en grande
• Las enseñanzas del profesor Edgar Pedroza dieron sus frutos, y el sueño se hace realidad, Matthew Hernández y Jordan Zavala dan el gran salto del Fútsal a los juveniles del Inter Miami CF
Por Gerardo Mejía
gerardomejia@miamigoldeportes.com
(MGD).- En una cancha diminuta, con paredes que rebotan la pelota y un suelo que obliga a pensar más rápido de lo que se corre, nacen historias silenciosas que tarde o temprano hacen eco en estadios gigantes. Allí, en Naples, Florida, en Soccer3 Academy , bajo la batuta y la mirada atenta del experimentado Director Técnico venezolano, Edgar Pedroza, se siembra sueños en los pies de niños de seis, diez o catorce años,
que en cada toque descubren que el fútsal no es un simple juego de salón: es un laboratorio de talento.
Mientras la pelota rueda a toda velocidad por el rectángulo reducido, estos pequeños aprenden a mirar distinto. No esperan el balón; lo buscan. No improvisan; deciden. Y de esa destreza que parece gratuita, surge la magia que más adelante deslumbra en las canchas grandes del fútbol mundial.
• Historias que empiezan en 2017
En 2017, dos niños llegaban al mundo y nuestro Dios que une talentos, los llevó a correr detrás del balón bajo el techo de Soccer3 Academy. Ellos son Matthew Hernández y Jordan Zavala. Desde que llegaron mostraron sus virtudes.
Rápidos, intensos, de esos que levantan la cabeza antes de dar el pase. En sus venas llevaba escrito un destino fabricado en espacios reducidos.
Pasaron los años y sus pies los llevaron más lejos: hoy son juveniles del Inter Miami, iluminando con su energía el sueño que comenzó en una cancha más pequeña que un gimnasio escolar.
Pero su historia no es la única. Fernando Jr. Zavala se curtió en canchas de fútsal argentinas y ahora mira de cerca la camiseta de la Selección de México.
Alejandro Marín viajó con la pelota bajo el brazo, jugando en Sudamérica y Europa, hasta recalar en uno de los equipos más grandes de Naples. Anderson Mejía, llamado ya “el mago del fútsal” en el suroeste de Florida, convierte cada regate en un espectáculo. Y Josué Zelaya, que vistió los colores del Inter Miami, decidió volver a sus raíces y darle al fútsal otra página en su camino.
• La filosofía detrás del balón
“No es solo practicar, como se practica”, nos dice con sabiduría el profesor Edgar Pedroza, reconocido descubridor de talentos , una de las voces que guía a los chicos dentro de la academia. Y lo dice con la convicción de quien ha visto crecer talentos de cerca. Su fórmula parece simple, casi como una ecuación escrita en un pizarrón escolar: técnica más juego igual a mentalidad competitiva. Pero esa mezcla, aplicada en niños que juegan con pasión, se convierte en el puente que une el fútsal con el fútbol.
En cada sesión no hay entrenamientos rutinarios: hay decisiones, hay retos, hay velocidad. Fútsal en estado puro, aunque lo llamen “ejercicios en espacios reducidos”.
• Una fábrica de sueños
Academy Soccer3 no camina solo. Lazos con academias Galácticos SC y Azurri Storm abren más puertas para esos niños que un día dejarán la pelota de salón y pisarán el césped con otro aire, con otra confianza. Y es que el camino no se trata de elegir entre fútsal o fútbol, sino de entender que uno potencia al otro, como dos piezas de un mismo rompecabezas.
• De Naples al mundo
Cada tarde, en una cancha pequeña de Florida, un niño recibe un pase, levanta la mirada y decide en un segundo entre regatear o tocar en corto. Nadie en ese momento imagina que el niño que corre con los zapatos gastados puede, en unos años, vestir la camiseta de un gran club. Pero el fútsal guarda ese secreto: el de transformar movimientos mínimos en grandes sueños.
Porque cada niño que cruza esa cancha no solo está jugando; está aprendiendo a soñar, a superar obstáculos, a enfrentarse al miedo y a levantarse una y otra vez. Son historias de esfuerzo silencioso, de horas sin espectadores, pero carga de ilusiones gigantes. Porque el fútsal les viene a enseñar algo fundamental: que no es el tamaño de la cancha, ni la fama, ni los reflectores lo que hace a un jugador; es la pasión, la disciplina y la mirada valiente que decide siempre ir por más.
Desde esas canchas pequeñas, nacen los héroes del futuro, pequeños con un balón, grandes en sueños.

