LA COLUMNA DE ARAGÓN Sobre llantos y promesas
Por Alberto Orellana Aragón
albertoorellana@miamigoldeportes.com
Durante la ceremonia del Balón de Oro 2025, Ousmane Dembelé vivió un momento profundamente emotivo al recibir el galardón. Al subir al escenario del Theatre du Chatelet en París, el delantero del PSG no pudo contener las lágrimas al agradecer a su madre, quien siempre estuvo a su lado en los momentos más difíciles de su vida. Ella también subió al escenario para brindarle apoyo, y juntos compartieron un abrazo que conmovió a todos los presentes.
Como se sabe, el momento más difícil de la infancia del galardonado jugador estuvo ligado a la pobreza y la ausencia de su padre, que obligó a su progenitora a criarlo prácticamente sola en un barrio humilde de Évreux. En ese lugar un pequeño Dembelé secó las lágrimas de su joven madre y le prometió llegar a ser el mejor jugador del planeta y de por sí fuera poco ser Campeón del Mundo para sacarla de la pobreza. Y vaya que cumplió: alzó la Copa en Francia 2018 y ahora el Balón de Oro directo para lucirlo en la sala de su casa.
Otros casos de llantos, pobrezas y promesas lo protagonizaron también campeones del mundo como Maradona y Pelé. El Pibe de Oro, con apenas 17 años, recibió la desgarradora noticia de que César Luis Menotti, lo había desafectado de la selección nacional dos semanas antes que empiece el Mundial de Argentina 78. Maradona, devastado, pasó la noche llorando desconsoladamente bajo un árbol, sin poder comprender la decisión del entrenador.
Al día siguiente, Diego regresó a su hogar en Villa Fiorito, uno de los lugares más pobres de Argentina. Al contarle la noticia a su madre Doña Tota, esta se puso a llorar con él. Diego le prometió que algún día llevaría a la Selección Argentina a la gloria, compensando así la oportunidad perdida, la pobreza que vivían y cada lágrima derramada por ella. Esa promesa se materializó en 1986, cuando Maradona, como capitán, condujo a Argentina a la victoria en el Mundial de México 86, cumpliendo su juramento y convirtiéndose en una leyenda del fútbol mundial.
Edson Arantes do Nacimiento “Pelé” tenía apenas 9 años cuando le prometió a su padre, Don Dinho, que ganaría una Copa del Mundo para Brasil. Este emotivo momento ocurrió en 1950, tras la derrota de Brasil ante Uruguay en la final del Mundial del 50, conocida como el trauma del «Maracanazo». Pelé presenció a su padre llorar desconsoladamente por la derrota y llorando con él le juró que sería Campeón del Mundo y que le traería la Copa a casa. Ocho años después, en 1958, con solo 17 años cumplió su promesa en el Mundial de Suecia. ¡Salud Don Dinho!
Estos episodios marcaron un punto de inflexión en la vida de Pelé, Maradona y ahora el recién premiado Dembelé, transformando el dolor y la frustración en una fuente de motivación inquebrantable. Que la unión y el compromiso de padres e hijos crean un vínculo tan poderoso que el resultado es el éxito. Es un recordatoria para toda la humanidad que los pobres y humildes también tienen derecho a la genialidad. Ser campeones del mundo de la perseverancia y el amor. ¡Qué viva el fútbol!
