Clasificados con estilo: así llegaron Argentina, Ecuador y Colombia al Mundial 2026 ⚽️
Por Gianfranco Zolla Cordano
gianfrancozollacordano@miamigoldeportes.com
• Las eliminatorias sudamericanas para el Mundial del año próximo en Estados Unidos concluyeron en 2025, tras un maratoniano proceso que inició el jueves 7 de septiembre de 2023. Con un nuevo formato que otorgaba seis cupos directos y uno al repechaje —en lugar del anterior de cuatro más uno— el torneo de todos contra todos fue un viaje inolvidable.
Dos años, 18 fechas y cientos de batallas después, las eliminatorias sudamericanas dejaron a sus tres primeros pasajeros en el Mundial 2026. Argentina cumplió con su papel de campeona, Ecuador sorprendió a todos tras arrancar con tres puntos menos y Uruguay, de la mano de Bielsa, inició un cambio de ciclo sin sus viejas leyendas.
#ARGENTINA – La Indomable (38 puntos – 1° lugar)
•No suelta el trono
Argentina dominó las eliminatorias de principio a fin bajo la dirección de Lionel Scaloni, con un registro de 12 victorias, 2 empates y apenas 4 derrotas. La Albiceleste, campeona del mundo en Qatar 2022, no solo confirmó su jerarquía, sino que reforzó la idea de un equipo capaz de alternar entre la contundencia ofensiva y la solidez táctica. Bajo un fútbol pragmático pero de ejecución precisa, Argentina mostró una madurez colectiva que le permitió asegurar el primer puesto con anticipación, reafirmando que su reinado no fue una casualidad sino el resultado de un proyecto sostenido y exitoso.
• La carne fresca
Argentina construyó su clasificación sobre la experiencia de Messi y compañía, pero el proceso eliminatorio también sirvió de escaparate para la nueva generación que ya toca la puerta del equipo titular.
#Franco Mastantuono – Joya prematura
Se convirtió en la sensación del último año: gambeta refinada, visión privilegiada y una madurez futbolística que desafía su edad. «Franquito» demostró en cada convocatoria que el talento no entiende de calendarios, convirtiéndose en el mimado de la hinchada y la gran apuesta de Scaloni para oxigenar el mediocampo.
#Valentín Carboni — Sangre moderna
Llegó como la promesa del recambio generacional. Técnica depurada, visión panorámica y personalidad para asumir responsabilidades lo posicionan como uno de los herederos naturales del trono que Messi dejará vacante. Su capacidad para asociarse entre líneas lo hace una pieza clave del futuro albiceleste.
• Leonardo Balerdi — Renacimiento
Pasó de ser una alternativa nada utilizada a titular habitual en un lapso corto de tiempo. El central aprovechó cada oportunidad para demostrar solidez en la marca, buen juego aéreo y salida limpia de balón. Formó duplas efectivas con Romero y Otamendi, consolidándose como pieza confiable en la rotación defensiva.
• Thiago Almada — Tango
El mediocampista ofensivo que brilló en la MLS y luego dio el salto a Europa trajo frescura y atrevimiento al esquema argentino. Con una gambeta filosa y la capacidad de romper líneas defensivas, Almada se ganó minutos importantes demostrando que la creatividad tiene lugar capital en la desestructurada estructura del ya no tan joven Scaloni.
• Alejandro Garnacho —- Claroscuros
Deslumbró en las primeras fechas con velocidad y desparpajo, pero su irregularidad en Inglaterra generó dudas en la segunda mitad del proceso. Scaloni tiene fe por su potencial explosivo, aunque la consolidación esperada aún está pendiente.
• Giuliano Simeone — ADN Cholista
Movilidad incansable, presión constante y entrega total. El hijo del «Cholo» demostró que heredó más que un apellido, convirtiéndose en una opción valiosa cuando el equipo necesita frescura y hambre en ataque. Se unió a la rotación en los últimos siete partidos del proceso eliminatorio y logró su primer gol oficial con Argentina.
• Los graduados
Alexis Mac Allister, Enzo Fernández y Julian Álvarez fueron pilares del once argentino en Qatar 2022, sus apariciones inclinaron la balanza de forma decisiva a favor del conjunto “ché”. Estos tres campeones del mundo llegaron a estas eliminatorias con la misión de ratificar su estatus y lo cumplieron con autoridad. Mac Allister, desde el Liverpool, Fernández, desde el Chelsea, y Álvarez desde el City y luego Atlético de Madrid se consolidaron como las piezas fundamentales del equipo albiceleste, combinando despliegue físico, criterio táctico y jerarquía en momentos decisivos. Además, mientras referentes como De Paul, Lo Celso, Paredes, Guido Rodríguez o Lautaro Martinez bajaron su nivel en la selección, la nueva generación tomó el relevo natural. Ya no son promesas ni apuestas de futuro: son certezas del presente y pilares del proyecto Scaloni para todo lo que se compita.
• El grupo de atrás
• Paulo Dybala — Talento intermitente
El atacante de la Roma tuvo participaciones esporádicas pero una vez más no logró consolidarse en el equipo titular de Scaloni durante el proceso clasificatorio, siendo superado por jugadores más jóvenes en las dos posiciones donde se puede desempeñar.
•Germán Pezzella — El inevitable paso del tiempo
El central diestro de River Plate perdió terreno ante la competencia de jugadores más jóvenes y no fue considerado en las últimas convocatorias, cerró su etapa en la selección argentina por edad y bajo rendimiento.
• Gio Lo Celso — Un cuerpo en contra
El mediocampista del Betis sufrió varios problemas físicos desde que comenzaron las eliminatorias, estos lo marginaron de varias convocatorias importantes durante todo el proceso. Hoy su puesto en el mediocampo (alguna vez fijo) tiene tantas variantes que no está confirmado su lugar en el Mundial.
Argentina clasificó primera porque supo hacer lo más difícil: ganar sin perder la identidad. Scaloni construyó un equipo que no depende exclusivamente de Messi pero que sabe aprovecharlo al máximo, que integra juventud sin quemar etapas y que entiende que defender el título implica más trabajo que conquistarlo. La Albiceleste llega al Mundial con la presión de ser campeona, pero también con la tranquilidad de quien ya sabe cómo se gana.
#ECUADOR – De la sanción al cielo (29 puntos – 2° lugar)
Puntos para regalar
Ecuador protagonizó una de las mayores sorpresas de las eliminatorias al terminar en segundo lugar bajo la dirección de Sebastián Beccacece (quien llegó en agosto de 2024 tras la salida de Félix Sánchez). La Tricolor arrancó con -3 puntos por sanción del caso Byron Castillo, pero logró una remontada histórica sumando 32 puntos en la cancha (29 oficiales tras la sanción), uno de los procesos más meritorios y, sin duda, el más trascendente en la historia reciente del fútbol ecuatoriano.
• Los cimientos del futuro
Kendry Páez — Fenómeno adolescente
Con apenas 17 años y un futuro ya ligado al Chelsea, Kendry Páez se transformó en la gran revelación ecuatoriana de las eliminatorias. Su desparpajo, visión de juego y sorprendente madurez lo convirtieron no solo en la joya del equipo de Beccacece, sino en una de las promesas más deslumbrantes del fútbol mundial. Aportó un gol y también una asistencia jugando el proceso con 16 y 17 años.
• Willian Pacho —– El muro de Quinindé
El zaguero que radicó en Frankfurt dio un salto de categoría al fichar por el PSG y se consolidó como referente absoluto de la defensa ecuatoriana a la par que en su equipo. Su temple, anticipación y jerarquía lo proyectaron como uno de los centrales más confiables de Sudamérica, líder silencioso de una zaga que ya mira al futuro. Jugó los 18 partidos rumbo a Estados Unidos 2026, todos como titular.
• Piero Hincapié — El defensa total
El jugador de 23 años del Arsenal se consolidó como uno de los defensores más completos de Sudamérica. Su perfil híbrido central-lateral le permite brillar en cualquier esquema: stopper, carrilero, último en línea de tres o lateral/central en línea de cuatro. Zurdo, elegante en el corte, con salida de balón pulcra y capacidad para cubrir la banda izquierda con solvencia, Hincapié demostró su valía ante cualquier adversidad. Junto a Pacho y Ordóñez formó el muro defensivo sobre el que Ecuador construyó su histórica clasificación, proyectándose como referente para los próximos años.
• Moisés Caicedo —Habemus Papá
Ya era pieza inamovible, pero en estas eliminatorias Caicedo dio un salto cualitativo que lo colocó por encima de todos. El mediocampista del Chelsea se convirtió en el super líder de la Tricolor y, por escándalo, en el jugador de más alto nivel de toda la camada ecuatoriana. Su despliegue físico, capacidad de recuperación, criterio en la salida de balón y personalidad para asumir responsabilidades en los momentos críticos lo transformaron en el verdadero motor del equipo de Beccacece.
• Kevin Rodríguez — Suplemento a la vena
El delantero del Union Saint-Gilloise belga se consolidó como una alternativa clave en la ofensiva ecuatoriana, jugando 16 partidos de eliminatorias después de haber aparecido 2 minutos en el mundial Qatar 2022. Su potencia física, movilidad constante y oportunismo frente al arco le permitieron ganarse un lugar en las convocatorias, ofreciendo a la Tricolor un delantero joven pero con personalidad de sobra para suplir la falta de recambio en banda o centrado.
• No somos para siempre
#Enner Valencia, el tri-mundialista de oro y máximo goleador histórico de Ecuador con 47 tantos se despide rumbo a su tercer Mundial consecutivo, cerrando un ciclo legendario que lo tuvo representando a su selección en Brasil 2014, Qatar 2022 y ahora Estados Unidos 2026. Capitán, referente y goleador eterno, Valencia fue parte fundamental del proceso clasificatorio aportando experiencia y liderazgo a una generación emergente que lo mira con admiración. Su legado trasciende los números: es el puente entre el Ecuador que soñaba con mundiales y el Ecuador que ahora los conquista con naturalidad.
• Los rezagados
Byron Castillo — Es-cán-da-lo
El lateral derecho cuestionado por su nacionalidad quedó completamente marginado del proceso tras la sanción de FIFA que le costó a Ecuador tres puntos. Su caso se resolvió con el hallazgo que reveló su nacimiento en Colombia. El jugador nunca volvió a la selección.
Ayrton Preciado — Descontinuado
Participante de los dos procesos mundialistas previos, el extremo no logró consolidarse en las convocatorias para el mundial 2026, siendo superado por la dura competencia en su posición con talentos como Gonzalo Plata, Nilson Angulo o John Mercado en el extremo zurdo.
Ecuador protagonizó la gran sorpresa de las eliminatorias no solo por terminar segundo, sino por el cómo. Arrancó con una mano atada y terminó levantando ambas en señal de triunfo. Beccacece encontró un grupo con hambre y supo canalizarlo en resultados. Caicedo, Páez, Pacho y una camada de jugadores decidieron que esta era su oportunidad y la aprovecharon sin mirar atrás. La Tricolor llega al Mundial sin el peso de las expectativas históricas, pero con la certeza de que puede competirle a cualquiera de igual a igual.
#COLOMBIA – Un tercero acompañado (28 puntos – 3° lugar)
Premio al buen trato
Colombia firmó unas eliminatorias notables: 7 victorias, 7 empates y solo 4 derrotas para alcanzar los 28 puntos que le aseguraron el tercer lugar, superando a Uruguay, Brasil y Paraguay por diferencia de gol o desempate por goles marcados. Se mantuvo invicta hasta la fecha 9 contra Bolivia en El Alto, aunque atravesó una mala racha con cuatro derrotas en cinco partidos. Pero el equipo de Néstor Lorenzo se mantuvo de pie y logró traspasar el momento adverso para ganarle a Bolivia por tres a cero y sellar virtualmente su clasificación.
La nueva era
Luis Díaz — Desarrollo ulterior
Aunque ya era figura, este fue el proceso que lo consolidó como el líder absoluto de la Tricolor. Su doblete contra Brasil en Barranquilla quedará en la memoria como el partido que devolvió la fe a la hinchada. Jugó todos los partidos como titular, con excepción del encuentro con Perú en Lima, y además anotó 7 goles con 3 asistencias que empujaron al equipo cafetero hacia el mundial del año entrante.
Kevin Castaño — Balance ideal
El mediocentro del FC Krasnodar, posteriormente comprado por River Plate en más de 12 millones de dólares, fue uno de los descubrimientos más útiles del proceso. Inteligente en la recuperación y disciplinado tácticamente, se ganó el respeto del técnico y la afición en poco tiempo. Disputó 9 partidos (7 como titular) y pareciera inamovible a partir de su debut oficial.
Yáser Asprilla — El futuro es hoy, viejo
Con apenas 20 años, el volante del Watford sorprendió con personalidad y atrevimiento en los minutos que le dio Lorenzo. El hijo del histórico Faustino Asprilla se perfila como la gran promesa de la nueva camada cafetera, y si bien solo tuvo 45 minutos durante los partidos eliminatorios, su progresión indica un futuro rol importante vistiendo la tricolor.
Jhon Arias — El Socio de todos
El actual jugador de Wolverhampton Wanderers llegó en 2023 con menos cartel, pero terminó siendo pieza clave a la disposición de Néstor Lorenzo: sacrificio, despliegue físico y la capacidad de abrir defensas lo volvieron un socio ideal para Díaz, Durán y James. Disputó 15 partidos de 18 como titular y se ganó al público colombiano con gambetas, pausas y un trato fino de balón.
Luis Suárez — No cierren la puerta
El delantero ex PSV, ahora radicando en el Sporting Lisboa de Portugal, irrumpió en el tramo final del proceso clasificatorio con un impacto demoledor: disputó apenas 2 partidos pero marcó 4 goles que sacudieron la estructura ofensiva colombiana. Su instinto de área y capacidad de definición lo posicionan como el próximo titular de una Colombia que parecía tener en Jhon Durán a un nueve indiscutido. La competencia se acrecentó y Suárez llegó justo a tiempo para demostrar que la delantera colombiana tiene más opciones de las que parecía.
Lo que el viento se llevó
Radamel Falcao –— Sin rugidos
Leyenda absoluta de la selección, llegó a disputar algunos amistosos en 2023 pero nunca fue parte real del plan de Lorenzo. Con 38 años, este fue el ciclo en que se cerró definitivamente su etapa con la Tricolor. El “Tigre” dejó un saldo de 33 goles con la escuadra cafetera y un legado inolvidable que inspirará a los delanteros emergentes.
Juan Guillermo Cuadrado — Un final agridulce
Presente en Brasil 2014, Rusia 2018 y todo encuentro de la selección colombiana en tiempos recientes, el lateral/extremo jugó un partido durante las primeras jornadas, pero sus lesiones y bajo nivel en el Inter/Pisa lo dejaron fuera de las convocatorias y pareciera que su capítulo está ya cerrado al máximo nivel.
David Ospina — Colgando en tus guantes
Histórico portero cafetero, no pudo participar de ningún partido en las eliminatorias al 2026, la edad y las lesiones le pasaron una jugada final y su camino como titular del seleccionado llegó al final. Camilo Vargas y Álvaro Montero terminaron ocupando el arco y Ospina relegado a una tercera ocupación, más testimonial que activa. Aun así, es probable su presencia en Estados Unidos el siguiente año, un premio a su relevante trayectoria los últimos diez años con el combinado amarillo.
Duván Zapata — Casi pero no
Después de un rendimiento decente rumbo a Qatar 2022, el delantero que supo brillar en Atalanta no logró replicar ese nivel en la selección ni de nuevo en sus clubes. Pasado el 2022, no volvió a tocar el césped con la camiseta de Colombia en partidos oficiales y quedó rezagado frente a los Durán, Córdova y Suárez.
Colombia recuperó su lugar entre los grandes de Sudamérica con un camino marcado por la constancia. Sin exhibir un dominio arrollador, la Tricolor construyó su clasificación sobre la solidez colectiva, la disciplina táctica y la aparición de figuras capaces de inclinar partidos decisivos. Luis Díaz asumió el liderazgo de una generación renovada, mientras James Rodríguez aportó experiencia y jerarquía en los momentos justos. El equilibrio logrado entre juventud y trayectoria, sumado a la estabilidad que imprimió Néstor Lorenzo desde el banquillo, permitió que el equipo superara la desilusión de 2022 y consolidara un proyecto competitivo. Más que un regreso, la clasificación fue la confirmación de que Colombia vuelve a estar preparada para aspirar a algo más que simplemente participar en el Mundial.
Un mismo horizonte
El fútbol sudamericano mostró en estas eliminatorias lo que realmente es: un continente donde la tradición y la renovación conviven sin aspavientos. Argentina ratificó que los campeones del mundo no abdican fácilmente; que la jerarquía se defiende con resultados; y que la transición generacional funciona mejor cuando no se fuerza. Scaloni armó un equipo donde Messi todavía tiene voz mientras Mastantuono y Carboni aprenden el oficio, donde veteranos como De Paul comparten vestuario con la irreverencia de Garnacho. Es el lujo de quien lo ganó todo: poder elegir el ritmo del recambio.
Ecuador, en cambio, vivió otra película. Arrancó con tres puntos menos por una sanción que pudo haberlo hundido, pero terminó segundo porque apareció una generación que decidió escribir su propia historia. Kendry Páez mostrando a los 17 años una madurez impropia de su edad, Willian Pacho jugando los 18 partidos sin pestañear, Beccacece llegando a mitad de camino y encontrando la tecla justa. Es el Ecuador que dejó de mirarse al espejo sudamericano para construir su mejor versión, la que nadie esperaba pero todos terminaron respetando.
Colombia cerró el podio con la tranquilidad de quien hizo las cosas bien. Nestor Lorenzo construyó un equipo capaz de atravesar una racha de cuatro derrotas en cinco partidos sin desmoronarse. Luis Díaz se consolidó como líder, Kevin Castaño demostró que todavía hay joyas por descubrir en lugares inesperados y Jhon Arias se convirtió en esa pieza que hace funcionar al resto. La Tricolor llegó al Mundial sin grandes titulares pero con la solidez de un proyecto claro, uno que privilegia el colectivo antes que las estrellas individuales.
Estas eliminatorias dejaron tres clasificados que llegaron por caminos distintos. Argentina maneja los tiempos de su transición sin sobresaltos. Ecuador demostró que las sanciones no definen destinos cuando hay talento y voluntad. Colombia encontró su identidad después de años dando vueltas. Son tres historias que confluyen en el mismo lugar: un Mundial donde el fútbol sudamericano tiene cosas importantes que decir.
Norteamérica 2026 está cada vez más cerca. Y estas selecciones llegan sabiendo exactamente quiénes son y qué hacer.















